Anatomía y Biomecánica del Sacro: La Piedra Angular de la Pelvis
¡Hola! El sacro, como parte de la columna vertebral y conectado a los huesos ilíacos a través de las articulaciones sacroilíacas, tiene múltiples ejes de movimiento, aunque el rango de movimiento en estas articulaciones es bastante limitado.
Tradicionalmente, se describen los movimientos del sacro en relación con tres ejes principales:
- Eje transverso superior: Este eje se localiza superiormente y se relaciona principalmente con el movimiento respiratorio primario y la respiración pulmonar.
- Eje transverso medio: Situado a nivel de las espinas ilíacas posterosuperiores (EIPS), este eje se asocia con los movimientos posturales del cuerpo. Alrededor de este eje ocurren los movimientos de flexión y extensión sacra (nutación y contranutación).
- Eje transverso inferior: Localizado inferiormente, este eje está más relacionado con el movimiento de los huesos ilíacos.
Además de estos ejes transversos, también se describen dos ejes oblicuos:
- Eje oblicuo izquierdo: Va desde la parte superior de la articulación sacroilíaca izquierda hasta la parte inferior de la articulación sacroilíaca derecha.
- Eje oblicuo derecho: Va desde la parte superior de la articulación sacroilíaca derecha hasta la parte inferior de la articulación sacroilíaca izquierda.
Estos ejes oblicuos son importantes para entender los movimientos de torsión del sacro que ocurren durante la marcha.
En resumen, aunque el movimiento individual en la articulación sacroilíaca es pequeño, el sacro participa en movimientos alrededor de cinco ejes principales: tres transversos (superior, medio e inferior) y dos oblicuos (izquierdo y derecho).
Relación entre el sacro y el dolor lumbar es significativa.
La articulación sacroilíaca (ASI), que conecta el sacro con los huesos ilíacos de la pelvis, es una fuente común de dolor en la parte baja de la espalda.
Aquí te explico cómo se relaciona:
- Disfunción de la articulación sacroilíaca: Si la ASI se mueve demasiado (hipermovilidad o inestabilidad) o demasiado poco (hipomovilidad o fijación), puede causar dolor lumbar. Se estima que la disfunción de la ASI es responsable de entre el 15% y el 30% de los casos de dolor lumbar.
- Irritación e inflamación: El estrés repetitivo, las lesiones, los cambios hormonales (como durante el embarazo) o la artritis pueden irritar e inflamar la ASI (sacroilitis). Esta inflamación puede manifestarse como dolor en la parte baja de la espalda, las nalgas, la cadera e incluso irradiarse hacia la pierna, simulando una ciática.
- Desalineación pélvica: Los movimientos anormales o la falta de movimiento en la ASI pueden contribuir a una desalineación pélvica, lo que a su vez puede generar tensión y dolor en los músculos y ligamentos de la región lumbar.
- Compensación: Cuando hay un problema en la ASI, el cuerpo puede compensar alterando la mecánica de la columna lumbar, lo que puede llevar a una sobrecarga de ciertas estructuras y, finalmente, a dolor lumbar.
- Dolor referido: El dolor originado en la ASI puede referirse a otras áreas, incluyendo la parte baja de la espalda, lo que dificulta a veces identificar la ASI como la fuente primaria del problema.
Síntomas comunes de la disfunción de la ASI que pueden relacionarse con el dolor lumbar incluyen:
- Dolor en la parte baja de la espalda, a menudo en un solo lado.
- Dolor que puede irradiarse a las nalgas, la cadera o la parte superior del muslo.
- Dolor que empeora al estar de pie por mucho tiempo, al subir escaleras, al correr o al girar el cuerpo.
- Rigidez en la parte baja de la espalda y la pelvis.
- Sensación de que la pierna puede ceder o fallar.
Es importante que un profesional de la salud realice una evaluación adecuada para determinar si el dolor lumbar está relacionado con una disfunción de la articulación sacroilíaca, ya que los síntomas pueden superponerse con otras condiciones.
La fisioterapia desempeña un papel fundamental para mejorar la movilidad del sacro y reducir la lumbalgia asociada.
Los fisioterapeutas utilizan una variedad de técnicas y ejercicios adaptados a las necesidades individuales de cada paciente.
Aquí te explico cómo algunas de estas herramientas pueden ayudar:
1. Movilización y Manipulación Articular:
- Técnicas manuales: Los fisioterapeutas están entrenados para identificar y corregir restricciones en la articulación sacroilíaca (ASI). Mediante movilizaciones suaves y manipulaciones específicas, pueden restaurar el movimiento normal de la articulación. Estas técnicas buscan liberar bloqueos articulares y reducir la tensión en los ligamentos y músculos circundantes.
- Beneficios para la lumbalgia: Al mejorar la movilidad de la ASI, se reduce la tensión compensatoria en la columna lumbar, lo que puede aliviar el dolor y la rigidez en la parte baja de la espalda.
2. Ejercicios Terapéuticos:
- Ejercicios de movilización del sacro y la pelvis: Se prescriben ejercicios suaves y controlados para restaurar el movimiento normal del sacro y la pelvis. Estos pueden incluir inclinaciones pélvicas, rotaciones de tronco suaves, movimientos de «gato-vaca» y estiramientos específicos para los músculos que influyen en la posición y el movimiento del sacro (como los isquiotibiales, los flexores de cadera y los rotadores externos).
- Ejercicios de fortalecimiento: Fortalecer los músculos estabilizadores de la pelvis y la columna lumbar (como el transverso del abdomen, los multífidos, los oblicuos y los glúteos) es crucial para mantener la alineación adecuada y controlar el movimiento del sacro. Esto ayuda a prevenir la recurrencia del dolor lumbar.
- Ejercicios de estiramiento: Estirar los músculos tensos que pueden restringir el movimiento del sacro y la pelvis (como los flexores de cadera, los isquiotibiales, el piramidal y los cuadrado lumbares) es esencial para mejorar la movilidad y reducir la tensión en la zona lumbar.
3. Masaje Terapéutico:
- Masaje de tejidos blandos: El masaje puede ayudar a liberar la tensión muscular y los espasmos en los músculos que rodean la pelvis y la columna lumbar. Esto incluye músculos como los paravertebrales lumbares, los glúteos, el piramidal y los isquiotibiales. Al reducir la tensión muscular, se puede mejorar indirectamente la movilidad de la ASI y aliviar el dolor lumbar.
4. Trabajo de Fascias:
- Liberación miofascial: La fascia es un tejido conectivo que envuelve los músculos y otros tejidos del cuerpo. Las restricciones en la fascia pueden limitar el movimiento y contribuir al dolor. Las técnicas de liberación miofascial, que pueden incluir presión sostenida, estiramientos y movilizaciones específicas, buscan liberar estas restricciones y mejorar la movilidad general, incluyendo la del sacro y la pelvis.
- Herramientas de liberación fascial: Los fisioterapeutas pueden utilizar sus manos o herramientas específicas (como rodillos de espuma o instrumentos de raspado) para abordar las restricciones fasciales.
5. Poleas y Otros Equipos:
- Ejercicios asistidos y resistidos: Las poleas y otros equipos de ejercicio pueden utilizarse para realizar ejercicios de movilización y fortalecimiento de manera controlada y progresiva. Pueden ayudar a aislar ciertos grupos musculares y facilitar el movimiento en rangos específicos.
- Descompresión suave: En algunos casos, se pueden utilizar técnicas de tracción suave con poleas para ayudar a reducir la compresión en la columna lumbar y la pelvis, lo que indirectamente puede mejorar la movilidad y aliviar el dolor.
En resumen, la fisioterapia aborda la inmovilidad del sacro y la lumbalgia y Ciatica a través de un enfoque integral que puede incluir:
- Restauración del movimiento articular mediante técnicas manuales.
- Mejora de la estabilidad y el control a través de ejercicios de fortalecimiento.
- Aumento de la flexibilidad y la amplitud de movimiento con ejercicios de estiramiento.
- Liberación de la tensión muscular y fascial a través de masajes y técnicas miofasciales.
- Utilización de equipos como poleas para facilitar el ejercicio terapéutico.
Es importante que un fisioterapeuta realice una evaluación exhaustiva para identificar las causas específicas de la limitación de la movilidad del sacro y el dolor lumbar, y así diseñar un programa de tratamiento individualizado y efectivo.
Aquí tienes 3 ejercicios sencillos que puedes hacer en casa para ayudar a mejorar la movilidad del sacro y aliviar la lumbalgia leve.
Recuerda escuchar a tu cuerpo y detenerte si sientes dolor agudo.
1. Inclinaciones Pélvicas (Anterior y Posterior):
- Cómo hacerlo:
- Acuéstate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, a la anchura de las caderas. Mantén la espalda relajada.
- Inclinación posterior: Contrae suavemente los músculos abdominales y los glúteos, haciendo que la parte baja de la espalda se aplane ligeramente contra el suelo. Imagina que estás empujando el hueso púbico hacia el ombligo.
- Inclinación anterior: Relaja los músculos abdominales y arquea ligeramente la parte baja de la espalda, creando un pequeño espacio entre la espalda y el suelo. Imagina que estás dejando caer suavemente el hueso púbico hacia el suelo.
- Alterna entre estas dos inclinaciones de forma suave y controlada.
- Beneficios: Ayuda a movilizar la pelvis y la articulación sacroilíaca de forma suave, mejora la conciencia corporal de la zona y puede aliviar la tensión en la parte baja de la espalda.
- Repeticiones: Realiza 10-15 repeticiones de cada inclinación.
2. Rodillas al Pecho (Unilateral):
- Cómo hacerlo:
- Acuéstate boca arriba con las piernas extendidas.
- Lleva una rodilla hacia tu pecho, sujetándola con ambas manos. Siente un estiramiento suave en la parte baja de la espalda y la cadera.
- Mantén la posición durante unos 20-30 segundos.
- Regresa lentamente a la posición inicial y repite con la otra pierna.
- Beneficios: Estira los músculos de la cadera y la parte baja de la espalda, lo que puede ayudar a reducir la tensión en la articulación sacroilíaca y aliviar el dolor lumbar. También puede mejorar la movilidad de la cadera, que está íntimamente relacionada con el movimiento pélvico.
- Repeticiones: Realiza 2-3 repeticiones en cada pierna.
3. El Gato y la Vaca (Movilización de la Columna):
- Cómo hacerlo:
- Colócate a cuatro patas, con las manos directamente debajo de los hombros y las rodillas directamente debajo de las caderas. Mantén la espalda recta, como una mesa.
- Postura del Gato (Exhalación): Empuja con las manos contra el suelo y redondea la espalda hacia el techo, dejando caer la cabeza suavemente hacia el pecho. Imagina que estás separando las escápulas.
- Postura de la Vaca (Inhalación): Deja caer suavemente el abdomen hacia el suelo, arqueando la espalda y levantando la cabeza y el coxis hacia el techo.
- Muévete suavemente entre estas dos posturas, coordinando el movimiento con la respiración.
- Beneficios: Aunque este ejercicio moviliza principalmente la columna vertebral, también influye en el movimiento de la pelvis y el sacro, ayudando a mejorar la flexibilidad general de la zona y a aliviar la rigidez lumbar.
- Repeticiones: Realiza 5-10 ciclos lentos y controlados.
Importante:
- Realiza estos ejercicios lentamente y con control.
- No fuerces el movimiento si sientes dolor.
- La consistencia es clave. Intenta incorporar estos ejercicios en tu rutina diaria varias veces a la semana.
- Si el dolor lumbar es intenso o no mejora con estos ejercicios, es fundamental consultar a un fisioterapeuta o a un médico para una evaluación y un plan de tratamiento más específico.
Tratamiento del Sacro y ciática con jfisio.es
¡Espero que estos ejercicios te sean útiles!
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